Qué maravilla poder disfrutar de unos platos de wok calientes en el The Blue Door Bistro, a solo un salto del hotel! La habitación era amplia, ideal para una escapada en pareja, y el personal siempre dispuesto a ayudar. Quedé encantado con la proximidad a atracciones icónicas, como el Museo Británico.

Peeero, el check-in fue un poco confuso, moviéndonos entre diferentes edificios. Aunque la habitación tenía mucho encanto, el calor nocturno a veces era abrumador y el ruido del lavadero no dejó de molestar. El desayuno tenía precios un poco altos, pero, ¡qué se le va a hacer!

recomendaría este lugar para una estancia de dos días

Habitación espaciosa, ubicación excelente, a pocos pasos del Museo Británico y con fácil acceso al transporte público, gracias a la cercanía de la estación de metro en solo cinco minutos.

Todo ha ido genial

Habitaciones espaciosas, ubicación ideal junto al British Museum, edificio con encanto histórico

El ruido de los camiones durante la mañana es insufrible!!! La falta de aire acondicionado en los días calurosos es un gran inconveniente. Además, la bañera alta puede ser un peligro, especialmente para las personas mayores. ¡Urgente actualización del mobiliario!!!

Las camas eran geniales, pero el ruido de la calle era molesto.

Ubicación perfecta y camas cómodas

Estuvimos 3 noches y la ubicación es genial, cerca del Museo Británico y todo lo turístico. Las habitaciones son amplias y la cama es increíble, dormí como un bebé. Lo único malo es que no ofrecen Wi-Fi gratis en las habitaciones, algo que a veces se siente necesario. El desayuno también estuvo bastante bien, con varias opciones.

Pasé 3 noches y el desayuno realmente fue muy londinense, con opciones variadas que no me decepcionaron. El mini frigorífico en la habitación era muy útil.

La conexión con el transporte público, el ambiente acogedor, la atención del personal fue excepcional.

Recomendable para familia viajera

La ubicación es excelente, todo muy cerca y fácil de movernos, incluso encontramos un buen lugar para desayunar cerca, eso siempre es un plus. El hotel tenía un aire un poco antiguo, pero el servicio y la atención de los empleados fue perfecto, realmente hacen que uno se sienta bienvenido.

No fue barato, pero era aceptable.

La habitación era espaciosa y cómoda, con un restaurante que daba a un hermoso jardín privado. La ubicación es perfecta, a solo unos minutos del Museo Británico y con fácil acceso al transporte público desde la estación de Russell Square.

Wi-Fi en habitaciones.

La habitación es muy espaciosa y cómoda, lo cual es raro en esta ciudad. La ubicación es privilegiada, ya que se encuentra a pocos pasos del Museo Británico y de otras atracciones. Sin embargo, la ducha hacía un ruido molesto y el costo del wifi en la habitación es excesivo. Además, sería ideal que mejoraran la conexión Wi-Fi en el lobby.